4 nov 2008

Café Tacvba: Halloween en Nueva York


Lugar: Nueva York (Terminal 5)
Fecha: 31 de octubre de 2008


Energía, energía y un poco más de energía. Eso es lo que irradia Café Tacvba cada vez que toma un escenario. La noche de Halloween en el Terminal 5 de la Gran Manzana no fue una excepción. Acompañados esta vez por una pantalla y un —aunque no despampanante pero interesante y entretenido— juego de luces, los Tacubos le dieron rienda suelta a un reventón musical que paso a través sus dos décadas de trayectoria en casi dos horas de espectáculo.

Sin banda telonera y con una puntualidad digna de destacar, el cuarteto mexicano le dio el puntapié a la noche de Halloween con los dos primeros temas de su última y placa “Sino” (nominada para multiples Latin Grammy): “Seguir siendo” y “Tengo todo”. Tras cantar el primer par de canciones, el maestro de ceremonias y disfraces Rubén Albarrán dio la bienvenida a su público lanzando un par de bromas. La banda rompió de súbito con la catártica “Eo”, y tras los primeros acordes, Albarrán comenzó a dar vueltas por el escenario como si se hubiese convertido en un trompo poseído por algún dios musical.

Entre conejos calavéricos, abejitas, hechizaras varias, algunos chapulines colorados y otros tantos enmascarados de la lucha libre, habían también aquellos que no estaban disfrazados, de entre los que destacaban una pareja de sexagenarios que bailaron románticamente “Eres”, y una niña de no más de siete años que vitoreaba el final de cada canción posada encima de los hombros de su melenudo papá.

Algo que sorprende de Café Tacvba es que a diferencia de muchos de sus colegas, a ellos parece no intimidarles en lo absoluto tocar sus canciones antiguas, sino que al contrario, parecen alegrarse cuando ven que al tocar clásicos como “Las flores”, su público se deja apoderar, comienza a bailar, a cantar y a soltarse cada vez más.

Claro que siempre hay un momento de “pánico” en un show de los Tacubos; el de esta noche pasó al final de la interpretación de “Chilanga banda”, cuando los músicos invitaron a más de una veintena de buenas mozas a subir al escenario. Las caras de los guardias de seguridad lo decían todo; pero el equipo de la gira le comunicó rápidamente a seguridad que esta era una de las costumbres que la banda tenía.

Con tan solo 40 minutos de espectáculo comenzaba a evidenciarse que Café Tacvba ha afinado al máximo sus interpretaciones en vivo de las canciones de “Sino”, pero además de eso, también siguen irradiando la misma intensidad, energía y el despliegue escénico que los hace ser una banda tan carismática.

El punto alto de la noche llegó con “Ingrata” y un medley en al que Albarrán presentó como “la primera reconciliación con el pasito duranguense”, y los mexicanos comenzaran a dar largos saltos altos al unísono que gracias a los contrastes de las luces crean psicodélicos cuadros plásticos. El público se desbanda en grandes pelotones que bailan entre armonía y apoteosis.
“Recuerden que no es cierto que vinimos a vivir aquí, vinimos a soñar”, dijo el vocalista de la agrupación antes de tocar “Déjate caer”, canción la cual han acompañado por los últimos seis años con una muy bien sincronizada y graciosa coreografía que demuestra que la banda no se toma tan en serio después de todo.

Ya sin su antifaz y luego de haber vuelto al escenario para interpretar “El Baile y el salón” y “Eres”, Rubén aprovechó expresarse un poco más de lo habitual. “Halloween vale madres. Es puro materialismo y ya estamos llenos de muertos”.

Via: billboard